Entre un mar de pueblo que colmó de fervor religioso la Iglesia Catedral Nuestra Señora de La Paz, la Diócesis de Trujillo junto al ejecutivo regional y la feligresía celebraron los 453 años de su excelsa patrona. En la Santa Eucaristía, presidida por Mons. Gerardo Salas, obispo de la Diócesis de Acarigua-Araure, la comunidad católica honró a su Mensajera de la Misericordia y elevó plegarias por la hermandad del mundo.
Durante la misa solemne, el obispo de la Diócesis de Acarigua-Araure señaló que para el pueblo católico trujillano, celebrar la solemnidad de la Virgen María, bajo la advocación de La Paz, debe ser motivo de inspiración y un modelo a seguir en el accionar diario de cada persona.
“Que nuestra Virgen de La Paz sea la que proteja y bendiga a toda esta iglesia diocesana para que produzca los frutos de alegría, amor y ternura que Dios desea y guíe al pueblo en el camino a la santidad”, resaltó Mons. Gerardo Salas.
El gobernador My. Gerardo Márquez expresó el júbilo que embarga a cada trujillano en este día de profundo amor a la Santa Madre, al tiempo que invitó al pueblo a mantenerse unido y trabajar juntos por el desarrollo de esta entidad que es un territorio de paz y hermandad.
“En este día, en nuestro estado que es de tanta fe católica y religiosidad pedimos que podamos unir voluntades para el progreso de la entidad”, enfatizó.
Pueblo de júbilo
Los fieles creyentes, entre lágrimas de felicidad, expresaron su amor y devoción a María Santísima, al tiempo que manifestaron su regocijo por que la imagen del Beato José Gregorio Hernández, junto a su reliquia, acompañó por primera vez la acostumbrada procesión de la Virgen de La Paz por las calles de Trujillo.
Yelimar Hidalgo
Gráfica: Fernando Chuecos