El arte plástico ha visto a José Gregorio Hernández como un hombre bien vestido, apuesto, elegante. En ocasiones con su inmaculada bata de médico, y en otras, de traje negro y sombrero. Estatuas, bustos, cuadros, vitrales y hasta murales han representado al Médico de los Pobres. Pero ¿cómo veía José Gregorio Hernández al arte en general?
Mucho se ha dicho del José Gregorio Hernández médico, laico y científico, pero también fue un hombre letrado, amante del buen arte. Tocaba piano, el armonio (instrumento de viento y teclado) y el violín. Publicó cuentos en la revista El Cojo Ilustrado, apreciaba bailar y hasta se atrevió a pintar dos cuadros.
Como escritor
Fueron cuatro textos literarios publicados en El Cojo Ilustrado entre junio de 1893 y septiembre de 1912. Allí escribió de manera magistral textos con brillante pluma. “Dotado como los demás de mi nación, de ese mismo amor, publico hoy mi filosofía, la mía, la que yo he vivido; pensando que por ser yo tan venezolano en todo, puede ser que ella sea de utilidad para mis compatriotas, como me ha sido a mí, constituyendo la guía de mi inteligencia”, José Gregorio Hernández. Elementos de Filosofía.
Como pintor
José Gregorio tomó también pinceles y lienzos para agradar al Señor. Hizo dos cuadros: de la Virgen y el Corazón de Jesús, que representan su fe incansable.
“En Isnotú desarrolló sus habilidades como pintor, allí pintó dos cuadros… Escribió obras de teatro, escribió ensayos literarios, escribió un libro de filosofía y escribió sus artículos científicos… un hombre virtuoso”, dice el profesor Francisco “Morocho” González, estudioso de la vida del trujillano universal.
Como músico
Hernández apreciaba tocar piano, incluso hizo dúos en las tardes caraqueñas a cuatro manos, con el eminente músico Juan Vicente Lecuna.
Uno de sus dos pianos, ahora considerada reliquia, reposa en el museo del Santuario Niño Jesús de Isnotú, su tierra natal. “Aquí en el Santuario de Isnotú, además de tener las reliquias que vendrán de Caracas, tenemos nuestras reliquias propias que serán expuestas… Son objetos sagrados que para nosotros tienen una gran validez desde el punto de vista espiritual y religioso”, opina el padre Magdaleno Álvarez, rector del Santuario Niño Jesús de Isnotú.
Se sabe que en las noches se dedicaba a sus conversaciones en la casa, estudiar – de forma permanente-, tocar piano y orar.
“Era muy músico, tocaba el piano con sentimiento y gusto: las piezas que con más frecuencia le oí eran composiciones de Louis Moreau Gottschalk, pianista y compositor norteamericano (que fue profesor de nuestra magistral pianista Teresa Carreño). Más tarde instaló en su dormitorio un armonio en el cual del Salterio de David cantaba salmos al Señor”. Así lo escribió el doctor Santos Aníbal Dominici, médico y compañero de estudios de José Gregorio en la Universidad Central.
El portal Reporte Católico Laico describe las características del instrumento de cuerda de Hernández: “-Fue- elaborado por C. Jean Baptiste Collin-Mezin quien está catalogado como uno de los mejores luthiers franceses, sus diseños siguen la tradición de los famosos luthieres italianos Stradivarius, Guarnerius y Amati, aunque él desarrolló su propio barniz único; sus violines son elaborados artesanalmente, trabajando muy finamente cada detalle”.
Asimismo el Dr. Antonio Cacua Prada, biógrafo, relata que José Gregorio no solo interpretaba música clásica, sino también de otros géneros. “…También interpretó por supuesto música de compositores venezolanos como la de su amigo, el maestro Don Pedro Elías Gutiérrez, así como también de Doña Teresa Carreño; “Mi Teresita”, otras piezas musicales que según él decía que su ejecución era modesta fueron los valses de Don Ramón Delgado Palacios; “La dulzura de tu rostro” y del maestro Don Salvador N. Llamozas;“Nocturno Tropical”.
José Gregorio fue un hombre virtuoso. Justamente sus talentos le permitieron incluso ver en París la inauguración de la Torre Eiffel, ícono de la arquitectura mundial. Esos recorridos lo forjaron como “un hombre de mundo”, conocedor de las artes y hasta inmerso en esta tierra. Sin embargo, no lo apartaron de la caridad de Dios y sin importarle ningún tipo de estatus, atendía a sus enfermos y entregó su vida, su cuerpo y alma al proyecto cristiano: hacer el bien.
“Dotado como los demás de mi nación, de ese mismo amor, publico hoy mi filosofía, la mía, la que yo he vivido; pensando que por ser yo tan venezolano en todo, puede ser que ella sea de utilidad para mis compatriotas, como me ha sido a mí, constituyendo la guía de mi inteligencia”.
José Gregorio Hernández. Elementos de filosofía
“Todas las bellas artes tienen por objeto la concepción y la realización de la belleza, pero en igualdad de las demás circunstancias no todas lo hacen con la misma perfección. Por este respecto se clasifican partiendo de las más elevadas a las menos elevadas en perfección de la manera siguiente: la poesía, la música, la pintura, la escultura y la arquitectura”.
Eliph Catalina Fernández
Gráficas: María Ovalles