Un laico ejemplar a los altares

José Gregorio Hernández Cisneros representa para los venezolanos un cristiano ejemplar, que por sus virtudes y labor en pro de los más desfavorecidos se ganó la santidad.

La devoción a “Mano Goyo”, conocido así coloquialmente por los trujillanos, es muy numerosa, ya que en cada hogar atesoran figuras con la imagen del Doctor Hernández, para buscar la protección de los seres queridos.

José Gregorio Hernández, murió atropellado por un carro en Caracas en 1919, y desde entonces se convirtió en un mito para la sociedad venezolana, que poco a poco le fue atribuyendo milagros; es por ello que para el año 1949, la iglesia católica en Venezuela inicia el proceso de beatificación y canonización, conducido por el Arzobispo de Caracas, Excmo. Monseñor Lucas Guillermo Castillo, ante la Santa Sede.

Proceso de canonización

Es importante señalar que para una persona ser declarada “Siervo de Dios”, el obispo diocesano del lugar donde falleció, se encarga de recoger toda la información del candidato, luego piden a la Santa Sede iniciar el proceso de canonización. De ser comprobada toda la información, la Iglesia por medio de la Congregación de los Santos, procede a dar el primer paso para la santidad.

La Canonización es la declaración oficial por parte del Papa, de la santidad de un beato, con la que se autoriza su culto en toda la iglesia católica.

Para el año 1972, la Santa Sede reconoce que José Gregorio Hernández vivió una vida virtuosa y ejemplar, por ello le concedió el primer título de “Siervo de Dios”.

En el año 1975 sus restos son exhumados del cementerio del sur y son trasladados a la Iglesia de La Candelaria en Caracas.

Después se da inicio a otra fase, en la que la congregación elabora un documento que incluye todos los aspectos de la vida del beato: sus obras, escritos, la veracidad de todos los testimonios e investigaciones sobre su vida y es algo que puede llevar años.

Además el documento expone que la persona tuvo una vida de unión con Dios, que fue fiel a su doctrina y a las enseñanzas de la iglesia.

Una vez que realizan las investigaciones y examinado la vida, la congregación aprueba el documento al que se le da el nombre de Positio (es un documento o conjunto de documentos utilizados en el proceso por el cual una persona es declarada Venerable, el segundo de los cuatro pasos a la santidad).

Cuando la Congregación proclama que esta persona tuvo virtudes heroicas el candidato recibe el título de “Venerable”, es por ello que el 16 de enero de 1986, José Gregorio Hernández fue nombrado venerable por San Juan Pablo II.

La tercera fase es la de “Beato” y se otorga este título cuando el venerable ha realizado un milagro debido a la súplica que el pueblo de Dios ha tenido hacia Cristo Jesús por intercesión de él.

El 9 de enero del año 2020 la Comisión Médica de la Congregación para la Causa de los Santos aprueba por unanimidad el milagro atribuido a su intercesión.

Por otro lado el 27 de abril la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos afirma otro milagro a su intercesión.

De esta manera en junio de 2020, una comisión teológica integrada por siete expertos concluyó que un milagro atribuido a Hernández, quien fue a la vez un ferviente católico que consideró ordenarse como sacerdote, salvó la vida de Yaxury Solórzano, una niña gravemente herida durante un asalto, en marzo de 2017, cuando tenía 10 años.

Solórzano fue herida de bala en la cabeza cuando ladrones intentaron robarle la moto a su padre, y sufrió pérdida de masa encefálica y fractura craneal. Los médicos tratantes advirtieron que de sobrevivir quedaría con secuelas permanentes, sin embargo, se recuperó por completo.

“Durante la intervención quirúrgica, la madre de Yaxury pidió con fervor la intercesión del Dr. José Gregorio Hernández ante Dios, y ella misma afirma que percibió su presencia de forma inmediata, cuando sintió una mano en el hombro y una voz que le habló: ‘¡Quédese tranquila, todo irá bien!’”

Un requisito del Vaticano
El 26 de octubre de 2020 bajo la supervisión del cardenal venezolano Baltazar Porras, fueron exhumados los restos del “médico de los pobres” de su tumba en la céntrica iglesia a donde llegaron en 1975, tras una primera exhumación del Cementerio General Sur.

La exhumación, dijo Porras, es, además de un requisito del Vaticano para la verificación de la identidad, un proceso que acabará con la distribución de fragmentos de huesos, consideradas reliquias de primer nivel, a cada diócesis y arquidiócesis del país y otras a Roma.

De tal manera que luego de haberse realizado ese proceso, el Papa Francisco aprueba el decreto de beatificación del Doctor José Gregorio Hernández Cisneros.

La beatificación es el último paso previo para la canonización como santo. Hoy en día no solo se vive el gozo de Beatificación por parte del pueblo trujillano, sino de un país entero que por muchos años ha esperado y anhelado este momento.

El Dr. José Gregorio Hernández perdura y permanecerá en el altar de los hogares venezolanos, que con gran fe y devoción se eleva una oración para pedir por la salud de enfermos.

Muchos milagros son recibidos por parte de nuestros trujillanos, llenando a nuestra gente de paz y alegría, sabiendo que uno de nosotros, de nuestras raíces, fue el elegido para este importante paso en la Iglesia Católica.

¡El beato de Venezuela! Hoy es un día histórico, en donde la humildad, trabajo y dedicación de “Médio de los Pobres” son protagonistas de su gran paso como médico, ayudando a los más pobres, dando todo de él para combatir enfermedades, pero no obstante, su fe y su gran devoción por Cristo lo caracterizó como un personaje inigualable, dando ejemplo de que con lo poco se puede hacer mucho, que lo que se hace con el corazón tiene grandes resultados.

“Dios, ser infinitamente perfecto, ha debido forzosamente dejar al hombre, una guía infalible que le enseñe el verdadero camino para alcanzar su último fin”, José Gregorio Hernández Cisneros.

 

 

Betania Castellanos
Gráfica: Referencial