Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 18 de febrero de 2021, había al menos siete vacunas distintas que los países empezaban a administrar en tres plataformas, concediendo prioridad en todos los casos a las personas vulnerables. Además, hay más de 200 vacunas experimentales en desarrollo, de las cuales más de 60 están en fase clínica.
De acuerdo con un reporte de la Unidad de Inteligencia de The Economist, Reino Unido, Estados Unidos, Israel, Hong Kong, Singapur y la Unión Europea (UE) serán los únicos territorios con toda su población adulta vacunada antes de que finalice 2021.
Por otra parte, naciones de ingresos altos como Canadá, Japón y Australia, y países de ingresos medios, como México, Chile, Argentina, Brasil, Rusia y Sudáfrica podrán alcanzar el objetivo hacia mediados de 2022. En cambio, casi todas las naciones de África y el Triángulo Norte de Centroamérica no verán cumplido ese objetivo sino hacia finales de 2023, un año y medio después de que los primeros países alcanzarán la meta.
El informe de The Economist toma en cuenta aspectos como contratos de compra, producción, disponibilidad de vacunas, tamaño de la población y la logística de vacunación desplegada. De acuerdo con datos recopilados por el Duke Global Health Innovation Center de la Universidad de Duke, los países o entidades que poseían la mayor cantidad de dosis ordenadas por cantidad de habitantes eran los siguientes:
Como se observa en la lista anterior, muchos países ricos como Canadá, en el que habitan 36 millones de personas, cuenta con dosis suficientes para vacunar a 169 millones, casi cinco veces más que su población total. Japón cuenta con una población de tamaño similar a la mexicana, pero ha garantizado la compra de 314 millones de dosis, con lo que podrá cubrir sin dificultad a su población adulta, sin tener que recurrir a compras adicionales.
No solo sucede que la mitad de los inventarios de vacunas están reservadas para el 15% de la población mundial, tampoco que se han desarrollado mecanismos de apartheid y asedio, sino que se busca implementar mecanismos de control como, por ejemplo, el pasaporte digital exigido para las personas que ingresen a la UE.
Aun cuando no es obligatorio el hecho de vacunarse, la UE presentó a comienzo del mes en curso una propuesta para introducir su “pasaporte de vacunas” para ayudar a la libre circulación dentro del bloque, pero solo será válido con las vacunas aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), es decir, Pfizer/BioNtech, AstraZeneca, Moderna y Johnson & Johnson.
Los países que Estados Unidos y sus países satélites han determinado como “eje del mal” iniciaron acciones tanto para desarrollar sus propias vacunas como mantener altos niveles de cooperación desde que comenzó la pandemia. Ha sido así como, a un año de la peor emergencia sanitaria del actual siglo, han buscado sortear el manejo interesado de ese bloque imperial que mantiene sanciones sobre más de una cuarta parte de las personas en la Tierra.
RUSIA DIO EL PRIMER PASO DE MUCHOS
Ha sido el primer país en registrar una vacuna contra el coronavirus, pero hay más de 20 en fase de pruebas y desarrollo, todas distintas entre sí. Aun cuando las desarrollan las mismas instituciones, cada una tiene sus propios “matices”.
En fase 3 de ensayos clínicos están la Sputnik V, la primera registrada del mundo y la vacuna siberiana llamada EpiVacCorona.
EpiVacCorona se está investigando en el centro científico siberiano Vector, fundado en 1974 principalmente como un laboratorio dedicado a la investigación militar. Es una vacuna basada en proteínas y péptidos virales, lo que supone que estas proteínas no se producen en las células del paciente, sino que se inyectan directamente en el cuerpo junto con sustancias sensibilizantes a las que reacciona el sistema inmunológico.
El 12 de agosto comenzó la tercera etapa del estudio, que se considera la más importante, ya que todos los efectos secundarios improbables se pueden identificar en una muestra grande. Participaron más de 2 mil personas de Rusia, Arabia Saudí, Brasil, México, Emiratos Árabes Unidos y otros países. La vacuna se registró en Rusia en octubre.
Sputnik V, que fue desarrollada por el Instituto de Epidemiología y Microbiología Gamaleya del Ministerio de Salud ruso, en un proyecto conjunto de investigación con 48º Instituto Central de Investigación del Ministerio de Defensa ruso, tiene tres análogos en el mundo: la vacuna de Oxford-AstraZeneca, la de la empresa china CanSino y la de Johnson & Johnson. Todos están desarrollando una vacuna adenoviral, no con dos, sino con un vector. Esta vacuna se lanza en dos etapas: primero un vector, luego el segundo.
The Lancet, una de las revistas médicas más antiguas y respetadas del mundo, ha publicado los resultados provisionales de un ensayo clínico de fase III de Sputnik V, confirmando la alta eficacia y seguridad de la vacuna. El jefe del Fondo de Inversión Directa de Rusia, Kirill Dmitriev, informó que es una de las tres vacunas en todo el mundo que tienen una eficacia superior al 90% y que supera a las otras dos en términos de seguridad y facilidad de transporte debido a los requisitos de almacenamiento de +2 a +8ºC y un precio más asequible.
CHINA, VACUNAS CON BAJOS NIVELES DE EFECTOS SECUNDARIOS
El pasado lunes 15, China autorizó el uso de emergencia de una nueva vacuna desarrollada por su Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), esta consta de subunidades proteicas, según informó un comunicado publicado por el Instituto de Microbiología de la Academia China de Ciencias. El fármaco fue desarrollado de forma conjunta por Anhui Zhifei Longcom Biopharmaceutical Co. Ltd. y la Academia China de Ciencias fueron aprobadas para su uso en Uzbekistán el 1° de marzo.
Los otros tres principales laboratorios chinos que han desarrollado vacunas contra la covid-19 son Sinopharm, CanSino y Sinovac. Sinopharm ya tiene dos vacunas que han sido desarrolladas, una a partir de un coronavirus obtenido de un paciente en Beijing y otra de un paciente en Wuhan.
Ambos tipos de virus se cultivaron y, de ellos, se obtuvieron dos vacunas que se desarrollaron siguiendo el tradicional método de inactivarlos con sustancias químicas para que los virus pierdan su capacidad de causar infección, pero mantengan su capacidad de despertar la formación de anticuerpos neutralizantes por el sistema de defensa.
Los resultados publicados en The Lancet, en enero del 2021, muestran que la vacuna desarrollada en Beijing, ya aprobada en China, es segura y capaz de estimular la producción de anticuerpos neutralizantes. Requiere dos dosis y su eficacia fue estimada en 79,34%, por lo que el 31 de diciembre fue aprobada para uso de emergencia por la entidad reguladora china.
Ambas están siendo probadas en fase 3, mayormente en 10 países de América Latina y el Medio Oriente, y una gran ventaja para su uso en países de medianos y bajos ingresos es que no requiere de congelación para su almacenamiento y transporte.