Los peores incendios en 20 años en el Pantanal brasileño, considerado el mayor humedal del planeta, han obligado a las autoridades regionales de Mato Grosso (centro-oeste) de Brasil a declarar”el estado de calamidad”.
Esta situación que facilita la liberación inmediata de recursos y permite, por la Constitución brasileña, solicitar la intervención del Ejército, la Fuerza Área y los organismos nacionales que sean necesarios en este tipo de coyunturas.
Mientras, decenas de voluntarios y los bomberos de Mato Grosso arriesgan sus vidas para salvar a los animales que huyen del fuego que se arrastra por el Pantanal, cuya cobertura vegetal ha disminuido al menos un 15% solo este año.
A la espera de más recursos, equipamientos y del apoyo del Gobierno federal para combatir los incendios forestales, los voluntarios y los socorristas del Cuerpo de Bomberos y la Defensa Civil saben que están en desventaja frente al fuego.
“Los incendios continúan y, a pesar del escenario, somos la institución que tiene que estar en la línea de frente para intentar minimizar el impacto del fuego. Tenemos que cuidar de los animales y de la seguridad de las personas”, afirmó a Efe Sheila Sebalhos, teniente-capitana del Cuerpo de Bomberos de Mato Grosso.
Al trabajo de los Bomberos se han unido los voluntarios, en su mayoría guías de turismo, dueños de posadas, pequeños hacendados y personas que sensibilizadas por la emergencia han viajado desde estados como Sao Paulo (sudeste) o Bahía (nordeste) para ayudar en las labores de rescate de animales.
Además del rescate de animales como erizos, aves de gran porte, venados, caimanes yacarés, marsupiales, búfalos, osos hormigueros y hasta jaguares (el mayor felino del continente americano y que tiene su mayor hábitat en la región), los voluntarios también arriesgan sus vidas para preservar la precaria infraestructura de esa zona.
Yvke Mundial/ Gráfica: Cortesía