Superficie del asteroide Bennu es granulosa

Cuando la nave OSIRIS-REx de la NASA descendió en 2020 al asteroide Bennu para tomar muestras, tuvo que disparar sus propulsores para no hundirse en su granuloso suelo. Ahora se han presentado más detalles de aquel contacto de cinco segundos, en el que se recogió ¼ kilo de material que llegará a la Tierra en 2023. Sus minerales de arcillas y carbonatos podrían aportar valiosa información sobre los albores del sistema solar.

Los datos recogidos en octubre de 2020 durante la recogida de muestras del asteroide Bennu por la misión OSIRIS-REx de la NASA muestran que la superficie del asteroide está formada por fragmentos o rocas poco cohesionados, según dos nuevos estudios que aparecen esta semana en las revistas Science y Science Advances.

Los autores se han sorprendido con los resultados: la nave espacial se habría hundido en Bennu si no hubiera disparado sus propulsores para retroceder inmediatamente después de tomar el polvo y rocas de su superficie.

El material particulado que conforma el exterior de este asteroide está tan poco empaquetado y tan ligeramente unido entre sí, que si una persona pisara Bennu notaría muy poca resistencia, como si anduviera por una piscina de bolas de plástico en la que juegan los niños.

“Si Bennu estuviera completamente compactado, eso implicaría que sería una roca casi sólida, pero hemos encontrado mucho espacio vacío en la superficie”, apunta Kevin Walsh, investigador del Southwest Research Institute (EE UU) y autor principal del artículo en Science Advances.

 

VTV/Gráfica: Cortesía