La Asamblea Nacional (AN) de Ecuador retomó este martes el debate sobre la posible destitución del presidente del país suramericano, Guillermo Lasso.
El debate comenzó el pasado sábado 25 de junio tras una solicitud que hizo la bancada de la Unión por la Esperanza (Unes), en medio del paro nacional indefinido que se lleva a cabo en el país suramericano desde el pasado 13 de junio, convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y al que se han sumado otros colectivos sociales.
Unes sustentó su petición en el artículo 130 de la Constitución del país, que establece que el Parlamento puede destituir al mandatario en los siguientes casos:
Por arrogarse funciones que no le competan constitucionalmente, previo dictamen favorable de la Corte Constitucional.
Por grave crisis política y conmoción interna.
La petición se basa en el numeral 2 de ese artículo, luego de que el propio presidente Lasso, según Unes, reconoció en dos decretos emitidos durante el paro, en los que declara el estado de excepción en varias provincias, la existencia de una «grave conmoción interna».
Una vez que concluya el debate, se necesitarán los votos de las dos terceras partes, es decir, de 92 asambleístas, para concretar la destitución del presidente. De momento, según las intervenciones de varias decenas de legisladores en el pleno, la medida es apoyada por parlamentarios de Unes y algunos del movimiento indigenista Pachakutik, mientras que es rechazada por el Partido Social Cristiano (PSC), la Izquierda Democrática (ID) y la Bancada Acuerdo Nacional (BAN).
Este mecanismo se conoce en Ecuador como «muerte cruzada», puesto que en caso de darse la destitución, en un plazo de siete días el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocará para una misma fecha a elecciones legislativas y presidenciales anticipadas. Mientras, el vicepresidente asumirá la Presidencia de la República.