El Senado de Estados Unidos ha acordó este lunes la estructura y el cronograma que seguirá el juicio político iniciado en la Cámara de Representantes contra el expresidente Donald Trump, proceso el cual empezará este martes.
El anuncio lo trajo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien detalló que ha sido una decisión consensuada con el líder republicano en la Cámara Alta, Mitch McConnell, y con los abogados de Trump, lo cual permitió alcanzar una “solución bipartidista”.
La estructura acordada “garantizará un juicio político justo y honesto del expresidente en el Senado”, ha reseñado el demócrata, según recoge “The Hill”, diario estadounidense especializado en temas legislativos.
McConnell, por su parte, se ha mostrado “complacido” por haber llegado a un acuerdo con su contraparte demócrata para un “proceso justo y un cronograma estimado para el próximo juicio en el Senado”, que “les dará a los senadores” en su papel de jurados “tiempo suficiente para recibir el caso y los argumentos”.
Por igual, tanto la acusación como la defensa tendrán 16 horas durante dos días para presentar su caso, y el cronograma permitiría que el juicio terminara la próxima semana, si ambas partes acuerdan no llamar a testigos, lo cual no está decidido ahora y solo se votará el domingo.
Como primer paso, este martes, el Senado votará la constitucionalidad del “impeachment”, cuyo rechazo, por no ser ya presidente es el principal argumento de la defensa de Donald Trump, mientras que el miércoles comenzarán los argumentos de apertura.
Luego de la presentación de argumentos de las dos partes, se espera que el Senado tenga cuatro horas más para formular preguntas tanto a la defensa como a la acusación. Al final, las dos partes tendrán dos horas para presentar los argumentos finales.
Por último, “votaremos el artículo del juicio político. Y si el expresidente es condenado, procederemos a votar si está capacitado para disfrutar de cualquier cargo de honor, confianza o beneficio en Estados Unidos”, ha explicado Schumer.
Trump enfrenta su segundo juicio político, en esta ocasión por “incitación a la insurrección” y por su rol desempeñado en el asalto al Capitolio que llevaron a cabo sus partidarios el pasado 6 de enero en la sesión de confirmación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre.