JGH y su visión del arte como instrumento para hacer el bien

El Dr. José Gregorio Hernández Cisneros ocupa ahora un sitial de honor en los altares con su santificación, un hecho que colma de regocijo a sus devotos. Este ilustre trujillano consiguió la admiración de todo un pueblo por sus acciones como un eminente médico, académico y ciudadano ejemplar de profunda vocación religiosa con una vida generosa que se extendía también a la apreciación y práctica del arte como una muestra de su anhelo para hacer el bien.

Aunque no tuvo una faceta profesional dedicada por completo a lo artístico, sí alcanzó una amplia sensibilidad estética y una doctrina que integraba el arte y la belleza como herramientas para la moldear la conducta humana al servicio de Dios.

El amor por la música quedó reflejado en aquellas piezas que tocaba (a veces, antes de empezar a consultar a sus pacientes) para elevar su espíritu y transmitir paz. De hecho, José Gregorio aprendió a tocar el piano y el violín; su especial gusto por el baile en fiestas y encuentros sociales es referente de esa destreza que tuvo como ejecutante y buen bailarín.

Hombre de letras

Sus dotes académicos e intelectuales iban más allá de lo científico, siendo un ilustre trujillano que hablaba seis idiomas y mostraba interés por la filosofía y la teología; llegó a poseer una cultura enciclopédica, convirtiéndose en erudito y sabio, siembre en la búsqueda de llevar a la práctica sus conocimientos. Fue también un hombre de letras, sus escritos deleitaban a quienes tenían la oportunidad de leer aquellos textos en los que dejaba correr su pluma.

Según la revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, el galeno trujillano fue un apasionado de la literatura que escribió numerosos artículos. ´Opúsculos y narraciones fuera de su producción científica, podemos citar: “En un vagón” en el que argumenta sobre el libre albedrio; “Los Maitines”, donde hace referencia a La Cartuja, y “Visión de Arte”, una graciosa fantasía literaria´, describe.

Precisamente, en el texto “Visión de Arte”, publicado en junio de 1912 en la revista El Cojo Ilustrado, Hernández Cisneros realiza una disertación a través de esta composición literaria para esbozar conceptos de lo artístico en búsqueda, esencialmente, de la belleza. Meses antes, a comienzos de ese año, publicó su libro Elementos de filosofía, con un capítulo dedicado también al arte.

En el mencionado capítulo, señala que “la belleza puede ser natural, artística o moral” y  de un modo particular divide las bellas artes, apuntando además un orden muy preciso entre ellas en función del grado de perfección en que logran alcanzar la concreción de la belleza, refiriéndose así a la poesía, la música, la pintura, la escultura y la arquitectura, que eran, para él, el centro de toda acción humana.

José Gregorio y las Bellas Artes

En la Exposición «Homenaje al Dr. José Gregario Hernández, humanista. médico y cristiano ejemplar», en los espacios culturales de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) y en la III Exposición del Museo Sacro de Caracas, la acuarelista Milagros Pérez Alonso presentó un retrato documental titulado «José Gregario y las Bellas Artes».

La obra, excepcional por su contenido con símbolos “no repetitivos”, es una acuarela que “está inspirada en una faceta poco conocida del Dr. José Gregorio Hernández, como el hombre sensible, culto, amante del arte”. En este caso, la artista interpretó el libro “Elementos de Filosofía” y asimiló el pensamiento y la sensibilidad del retratado y de sus realizaciones.

De esta manera, las diferentes semblanzas biográficas de José Gregorio coinciden en recordarlo como uno de los personajes más arraigados en la idiosincrasia venezolana, siendo referente humano para formar más y mejores hombres en la búsqueda del bien común.

Yelimar Hidalgo
Gráfica: acuarela de Milagros Pérez Alonso