San José Gregorio Hernández: hombre de virtudes nacido en Isnotú

San José Gregorio Hernández, hijo de Isnotú, el terruño que lo vió nacer y que lo llevó a ser el galeno más reconocido de toda su historia es el primer santo trujillano, quien con la sabiduría edificó su faceta profesional y con la fe el servicio que hoy, tras décadas, lo exaltan a los altares después de comprobarse sus virtudes heroicas como médico cristiano.

El santo venezolano hizo de su vida una virtud firme de hacer el bien mediante sus acciones concretas, siendo un hombre de fe sólida y comprometida, dedicado a unir su voluntad a la de Dios, asimismo prestó «la obediencia de la fe», entregando su vida entera y libremente a Dios.

Fue llamado «Médico de los Pobres» por su servicio sin distinción, siendo el bálsamo de esperanza para cada enfermo carente de recursos económicos que él atendía, esta caridad fue ascendiendo con el pasar de los años. El santo atendía diligentemente a todos sus pacientes y con gran esmero a los que él mismo llamaría después «mis pobres», escribió el Pbro. José Magdaleno Álvarez en su libro 100 Preguntas y Respuestas de San José Gregorio Hernández Cisneros.

El galeno reflejó la virtud de la esperanza con su afán en las prácticas religiosas, recordando que esta bondad es «por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra», en este sentido este santo fue practicante fiel por lo que asistía a misa diaria en «la Iglesia parroquial de La Pastora, también concurría al templo llamado Santa Capilla donde hacía una hora diaria de oración ante el Santísimo Sacramento».

El paisano trujillano cumplió con la caridad como virtud al “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”, manifestándolo en la vivencia de su vocación junto a su servicio hacia al prójimo que hasta el día de hoy se ha tallado como ejemplo imborrable ante el mundo.

Esta última virtud teológica inspira a las demás, siendo fuente de la práctica cristiana que tomó José Gregorio Hernández como farol para escribir su vida en honor de los más necesitados.

Actualmente escribir sobre este santo es plasmar la gracia de Dios reflejada en el testimonio humano de un hombre que vestido en ocasiones de traje, sombrero y corbata de color negro y en otras oportunidades con su bata e implementos médicos, supo convertir su vida en santidad.

 

Rossiel Hurtado