En una liga que predomina el bateo, el manager de los Navegantes del Magallanes, Eduardo Pérez, encontró en la figura de Felipe Rivero, un lanzallamas capaz de ser un “caballito de batalla” en los innings finales de los encuentros.
Luego de su cambio desde los Leones del Caracas para el conjunto naviero, Rivero ha logrado convertirse en un lanzador confiable para las estrategias de su manager, que permita dejar la mesa servida, para Anthony Vizcaya y Wilking Rodríguez, en los cierres de los partidos.
Rivero ha tomado y aprovechado la nueva oportunidad que le brinda el béisbol, para desempeñarse como un sólido relevista, tal y como lo demostró durante su paso por las Grandes Ligas, con los Piratas de Pittsburgh.
El zurdo lanzó por espacio de 21.2 episodios, toleró 18 hits, ocho carreras, dio seis boletos y guillotinó a 31 rivales, en 23 presentaciones con la nave turca.
En este lapso de entradas laboradas, el relevista oriundo de San Felipe, quedó como colíder en Hold con ocho, solo superado por Dedgar Jiménez, de los Bravos de Margarita, con 11. Asimismo, Rivero exhibió un destacable Whip de 1.11 y salvó un compromiso para la nave turca, convirtiéndolo en una pieza elemental para el relevo naviero.