El Museo Nacional de China en Pekín inauguró el 20 de noviembre la exposición «Festín ruso-comida tradicional, bebidas y el arte de servir», una colección de los Museos del Kremlin de Moscú. La exposición, que estará abierta hasta el 16 de marzo de 2025, coincide con el 75 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Rusia y China y forma parte del programa de intercambio cultural entre ambos países para el período 2024-2025.
La muestra abarca desde la Edad Media hasta mediados del siglo XX y está dividida en tres secciones temáticas. La primera sección trata sobre los productos tradicionales y los métodos de preparación, la segunda recrea el ambiente de las comidas solemnes celebradas en el Kremlin de Moscú, incluyendo fiestas reales, banquetes de coronación y recepciones oficiales de la época soviética. La última sección presenta la comida como una forma especial de arte.
Además, se inauguró la exposición «El legado de Pedro el Grande y los Golpes de Palacio en el Imperio Ruso» en Moscú, ubicada en las salas del Palacio Patriarcal y el Campanario de la Asunción de los Museos del Kremlin. Esta exposición, introduce a los visitantes en las intrigas palaciegas y las luchas por el trono desde el reinado de Catalina I hasta el de Pablo I.
Obras maestras
Los visitantes podrán admirar obras maestras de la Cámara de la Armería, el museo más antiguo de Rusia, incluyendo platería, porcelana, cristalería, cubertería, utensilios de cocina, trajes y pinturas. Especial atención se presta a los objetos raros con valor artístico y conmemorativo, como objetos personales de gobernantes rusos y regalos diplomáticos.
La directora general de los Museos del Kremlin de Moscú, Elena Gagarina, destacó que este proyecto fortalecerá los contactos culturales entre ambos países y abrirá nuevas perspectivas para actividades científicas y expositivas conjuntas. «Estamos orgullosos de presentar más de 150 piezas de excepcional valor estético e histórico en el Museo Nacional de China. Estas obras permitirán a los visitantes conocer el complejo fenómeno del festín ruso, que requería altas dotes culinarias y artísticas, un gusto impecable, conocimientos de etiqueta en la mesa y un profundo conocimiento de las costumbres nacionales».