Con un desborde de gozo y fe los trujillanos celebraron los 454 años de devoción por Nuestra Señora de la Paz, patrona del estado y de la Diócesis. A las actividades asistió el clero, autoridades civiles, militares y el pueblo que con fe cantó y oró a la Misionera del Amor de Dios.
El gobernador Gerardo Márquez exaltó que esta es una fiesta especial para esta tierra, mientras que el obispo Mons. José Trinidad Fernández invitó a ser como el beato José Gregorio Hernández, “amantes en esa mujer que creyó en Dios”.
Por su parte Márquez declaró que Trujillo se desborda de emoción, gozo y paz. “Queremos que la bendición de la Virgen de la Paz se extienda a lo largo y ancho de este país y que este sea un año de prosperidad y tranquilidad para todos los venezolanos», expresó.
Se realizaron cuatro eucaristías solemnes: la principal, de las 10 de la mañana, fue ofrecida por el obispo de Carora, monseñor Carlos Curiel, junto al obispo de Trujillo y el obispo castrense Mons. Benito Méndez. Mons. Curiel expresó en su homilía que el señor anuncia la paz a sus fieles.
La imagen colonial de la virgen, que sale cada año a reencontrarse con su pueblo, usó un vestido color blanco con detalles dorados. El Pbro. Gustavo Godoy, párroco de la Iglesia Catedral, comentó que hay compromiso para la elaboración de vestidos hasta el 2036.
La celebración culminó con una procesión nocturna por las calles de Trujillo capital, una tradición que cumple 394 años.
