Desbordados en un fervor apostólico, fieles y devotos, de rodilla y caminando (incluso descalzos) llegaron al terruño del beato José Gregorio Hernández, Isnotú. Como promesa al Médico de los Pobres la feligresía se congregó para elevar sus oraciones al cumplirse 159 años de su nacimiento y memoria litúrgica.
Así como se tenía previsto se realizó la tradicional caminata desde Valera hasta el Paraíso Espiritual, seguido de la santa Eucaristía, presidida por el obispo diocesano, Mons. José Trinidad Fernández, acompañado por el clero y seminaristas. Durante la misa estuvo presente el gobernador de Trujillo, My. Gerardo Márquez, junto a la primera combatiente, Reyna Pérez de Márquez, la alcaldesa Sonia Silva y parte del tren ejecutivo regional.
En la homilía el señor obispo mencionó que el testimonio del beato es ejemplo de una auténtica caridad, porque su corazón estaba lleno de Dios, por lo que hoy es reconocido no solo en Isnotú y Venezuela sino también en el mundo.
«Escuchando el clamor de los demás muere cumpliendo su deber, la muerte lo sorprendió haciendo el bien. El que ora y hace el bien, la muerte lo sorprende no como un ladrón sino como un encuentro para pasar al gozo eterno», finalizó Fernández.
Autoridades mencionaron que esta festividad es propicia para orar por el cese de las guerras, para que pueda reinar la paz que el mundo merece.