Después de las primeras conversaciones entre españoles y republicanos en San Cristóbal durante el mes de agosto de 1820, Bolívar planeó avanzar sobre las provincias de Mérida y Trujillo, con la intención de ocupar la mayor cantidad de territorio y posesionar al ejército en lugares adecuados, además de presentar una parada de superioridad ante los observadores realistas.
Una de las mayores preocupaciones era la manutención del ejército en tránsito en estas regiones de los andes, que aun cuando poseían los mejores climas para el acuartelamiento, sus condiciones eran limitadas por la poca cantidad de víveres y bastimentos existentes; mantener los batallones en condiciones de bienestar y alimentación era una importante tarea, así como disponer de potreros para el forrajeo de las bestias. En casi todas las cartas Bolívar dice que las jornadas han de ser pausadas en la serranía y que en los puntos previstos deben estar las raciones preparadas para que los hombres repongan sus fuerzas y no sufran mucho en las marchas.
Las avanzadas patriotas persiguieron a los españoles desde de Mérida y estos siempre en retirada evacuaban los pueblos en su camino, pasaron la ciudad de Trujillo y se atrincheraron en la subida de Santa Ana, dando tiempo para que el General Don Miguel de la Torre llegara hasta las tierras Tocuyanas.
El 7 de octubre de 1820 llegó Bolívar a Trujillo, el problema principal era como poder perdurar en esta región con tanta gente, sustentar a sus soldados con tan pocos recursos de boca; ya se había previsto la llegada de manadas de reses traídas casi por milagros desde los llanos, también comisiones asignadas para recolectar víveres, mulas y ganado andaban por Monay y los llanos del Cenizo, Bolívar era conocedor de la región trujillana y por eso desde un principio planeó la ubicación de batallones en diferentes lugares, ya en 1813 acampó varios días en el pueblo de Boconó y sabía de la alta productividad de sus valles de suelos fértiles y gente laboriosa, por eso hoy sabemos que el Libertador incluyó a esta población como parte importante de la estrategia: “sí las negociaciones fracasan estaremos en disposición de dar la pelea y Boconó es la puerta para mirar a Guanare y a Barinas por lo que será guarnición segura para el batallón tiradores de la guardia”.
Por alguna razón desconocida a la región Boconesa se le ha asignado poca importancia y sólo se habla de ser lugar para el tránsito de fuerzas patriotas, hoy sabemos que Boconó fue asiento de cuartel general de batallones completos; así como Carache era balcón de vigilancia sobre la provincia de Caracas, estas tierras de los cuicas era portal hacia los llanos y en ellas permanecieron por muchos días las tropas republicanas, aquí encontraron buen clima, cordialidad y un sitio agradable bajo el cielo para llenar sus estómagos y reponer sus energías.
Existen abundantes documentos que comprueban la ubicación de batallones en el valle de Boconó, Bolívar vino el 16 de octubre de 1820 a supervisar a los componentes de su ejército, se acopiaron víveres, granos y reses desde Las Mesitas, Niquitao, Tostos y Burbusay, así como bestias de silla y carga para la remonta, en una carta dice: “recojan todo cuanto sea necesario y anoten cuidadosamente para pagar todo lo recibido”; es muy posible que el Libertador en Boconó dijo: “este es el jardín de Venezuela”, esa frase es orgullosamente nuestra, pero creemos que es hora de que fuera de romanticismos, los trujillanos sepan que la región Boconesa fue campo de lucha, ruta en la estrategia y hogar para los hombres que ganaron las glorias en Carabobo.
Ing. Ubaldo García