Bolívar permaneció varias semanas en las afueras de las murallas de Cartagena y no hubo manera para que los neogranadinos admitieran que la unión era necesaria entre todos los americanos, el Coronel Manuel del Castillo y Rada jefe de la guarnición no permitió la unión de las fuerzas patriotas, su alma destilaba envidia desde los tiempos de Cúcuta en la campaña de 1813, ahora dos años después cerró todas las puertas de la fortificada ciudad, negando la posibilidad para que el Libertador actuara como Comandante de las tropas republicanas, hasta el punto que el caraqueño decidió abandonar a sus hombres y salir hacia las islas del Caribe con sus tristezas y dificultades.
El día 9 de mayo de 1815 abordó el bergantín de guerra inglés “la decouverté” y acompañado de algunos de sus más fieles oficiales tomaron rumbo hacia Jamaica, dicen algunas crónicas que sufrió de largos silencios durante la navegación, para aquel hombre era casi imposible creer que las intrigas de unos y las envidias de otros habían minado la necesaria unión para poder enfrentar a los invasores europeos.
Bolívar pensaba entonces en cambiar los métodos de lucha, estaba mudando su piel como una oruga que sigue creciendo para acercarse más cada día a la perfección de una mariposa de alas multicolores que levantaría sus vuelos por la liberación de América; ya no habrán campañas ni caballadas, por aquellos días se detienen las batallas y los movimientos de tropas, las circunstancias de la vida y las incomprensiones han decretado el descanso del guerrero, se paralizan las marchas pero no se detiene la razón, ha llegado la hora de la palabra escrita, las formas y signos de la imprenta serán ahora las armas para el ataque de la injusticia, la artillería del pensamiento es otra fase de la liberación americana.
Bolívar se dedicó a escribir para los periódicos, permaneció en Jamaica por más de seis meses y no precisamente acostado en su hamaca disfrutando del aire caribeño, fueron días y noches de mucho trabajo intelectual, buscando la mejor fórmula para solicitar la ayuda internacional, refrendó papeles, proclamas, manifiestos y cartas, muchas cartas salieron de la metralla de su pluma y entre las mejores la célebre “Carta de Jamaica”, como una “contestación de un americano meridional, a un caballero de la isla”.
En este documento mira lejos, visualizando la panorámica del tiempo y el espacio, ciertamente Bolívar como todos los genios de la acción, pudo ver en medio de la maraña sociológica las cosas que no alcanzaban las miradas de muchos de sus contemporáneos, por diciembre de ese mismo año se mueve hacia Haití para activar la pólvora y levantar las velas de la expedición a tierra firme, ya había recargado su alma con las vivencias de los habitantes de aquella isla liberada que se habían quitado el pan de su boca para calmar el hambre de los expatriados, ya sus escritos habían causado comentarios escandalosos en Londres y París, el Sr. Henry Cullen a quien iba dirigida la famosa carta, la había publicado en Nueva York, era el momento de continuar la guerra, y seguir buscando las dificultades hasta lograr la independencia de América.
Ing. Ubaldo García
Los Pantanos, Boconó 05 de septiembre 2020