Por: Antonio Galindez
El Presidente Nicolás Maduro ha tenido la visión para convocar en el Congreso de la Nueva Época, un amplio espectro de sectores, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad y del poder popular para construir la Venezuela que soñamos al 2030.
Se trata de sectores que reivindican causas y demandas sociales del sentir de nuestro pueblo que se necesitan canalizar políticamente para ser atendidas.
La Nueva Época requiere de movimientos políticos y sociales adaptados a una nueva realidad, ya hemos analizado algunos elementos en la Dirección Política: el fin del rentismo petrolero; los cambios provocados por la pandemia; el impacto de las redes sociales; el nuevo orden mundial en desarrollo; entre otros.
Todo esto enmarcado en la denuncia nacional contra el bloqueo, un elemento unificador en la sociedad que alza la voz contra las medidas coercitivas que impiden el desarrollo de un pueblo. Si bien hemos demostrado que nuestra recuperación económica puede transitar bajo esfuerzo propio, no quiere decir que no ejerzamos nuestro derecho en la denuncia de una violación fragante del derecho internacional ante el bloqueo contra nuestra Patria.
Pero nuestro pueblo debe pasar de la Resistencia, al Renacer y de allí hacia una etapa superior de desarrollo de la Revolución. Hoy el pueblo venezolano siente que los momentos más difíciles los hemos superado, el espíritu resiliente y emprendedor del venezolano da pie a un nuevo momento histórico que se anota triunfos importantes para la esperanza, con los que se podrá transitar a un futuro aún más estable y próspero.
Ahora bien, ¿cómo podemos transitar juntos hacia la Nueva Época?
Quiero detenerme en esta pregunta para hacer una reflexión que hemos debatido en diversas asambleas y encuentros, el Congreso de la Nueva Época debe ser un congreso EN MOVIMIENTO, con una agenda concreta de acción permanente, semana a semana, que conecte con la realidad diaria de la base de cada movimiento, por eso llamamos a organizar a cada movimiento social desde su espacio natural, que en cada espacio deportivo de este país, en cada espacio cultural, en cada parque ecológico, en cada industria, en cada espacio natural de los movimientos sociales haya un núcleo de la Nueva Época conformado.
Para ello, podemos detallar tres principales acciones que debemos impulsar para transitar a la Nueva Época en el marco de nuestra propuesta movilizadora:
1. En movimiento por la Unidad Revolucionaria. – La Unidad de todas y todos los que quieran trabajar por el país, sin imposiciones, sin sanciones ni bloqueos, donde podamos caminar juntos, en colectivo, que la recuperación económica y social sea de toda la sociedad en su conjunto y no desde una concepción individualista de la superación de las dificultades que nos han impuesto.
En movimiento por la Organización territorial y sectorial. – Una organización que debe estar centrada en la lógica de los movimientos sociales, con movilización permanente, agenda definida, voceros legitimados, para contar con equipos promotores de la Nueva Época en cada rincón de nuestro país.
En movimiento para crear mayoría colectiva. – La Nueva Época trata de una convocatoria superior, más amplia, que vaya más allá de las diferencias, sino que apunte a fortalecer el proyecto bolivariano de país que dejó sembrado el comandante Chávez en las grandes mayorías del país y para eso debemos impulsar las banderas de lucha de los distintos sectores y movimientos sociales como elementos movilizadores de una época de cambio.
Sólo a través de la organización territorial y sectorial en su máxima expresión podremos construir la Nueva Época de un futuro mejor al 2030, de la mano del comandante Presidente Nicolás Maduro como gran convocante y líder de las grandes mayorías de nuestro país.
¡Vamos pues, al Congreso de la Nueva Época 2022 – 2030!