El arte del tallado de Willian José Martínez

«El cliente es el jurado al final, pero las tallas en Venezuela siempre tendrán quien les guste y, por eso, no morirá porque siempre es llamativa si la sabes hacer bien», señaló el cultor Willian José Martínez.

De 53 años y oriundo de Cúpira, del municipio Pedro Gual en el estado Miranda, tiene dedicada toda su vida a la talla en madera.»Mi abuelo siendo muchacho era carpintero, músico, artesano, un artista, chamán (risas). Es algo genético porque no estudié para esto. Tengo el talento innato», esbozó este hombre de hablar pausado, graduado en Artes Visuales en la Unearte.

Ahora imparte clases en la Escuela Bolivariana Bartolomé Blandín de su ciudad hace más de 15 años.

Su fortaleza para producir está en su amada Cúpira, donde aparte de crear, enseña artesanía, pintura y elaboración de instrumentos musicales: «De diez alumnos, siempre hay muchos que se encauzan por la creación».

Considera al arte como una profesión. Como ejemplo se cita él mismo: «Cuántas vueltas di, pero siempre estoy en la cultura en varias facetas».

Se inició con una madera que en su pueblo se llama cautaro: «Es una semilla que se utiliza para pegar. La ventaja que tiene es que poco la ataca la polilla que perjudica a la larga las piezas que confecciones».

Luego pasó a una madera que se llama balza: «Con esta me inicié en la confección de aves. Está también el cedro, que bien tratado no es víctima de la polilla».

Aclaró, sin embargo, que cualquier madera la curte con gasolina para evitar ese ataque. Son varios baños mezclados con petróleo crudo, siempre antes de pintar. Luego de pasar por este proceso, le quita lo grasoso antes de pintar la talla.

El tema que siempre ha sido una constante en su carrera, «son las aves de Venezuela. No me gustaban los rostros, pero hice una promesa a José Gregorio Hernández y empecé a realizarlas de él y de otros personajes. Han pasado ya veinte años».

Martínez también es luthier, pero especializado en las maracas que «aparte de hacerlas, las ejecutó también. He tocado en grupos de gaitas y he acompañado a joroperos. En mi pueblo hay un grupo que lo acompañó siempre».

Sin embargo, aclaró que las maracas «no son muy rentables hacerlas, sino las aves de Venezuela, al igual que los bustos de personajes, sobre todo los históricos».

 

 

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