El año 2021 apaga sus luces y pasará a los libros de historia como el mejor año del deporte venezolano. El balance es favorable por donde se mire, con la única excepción de la selección nacional de fútbol masculina, eliminada una vez tempranamente más la carrera por clasificar al Mundial de Catar 2022.
El desempeño individual de Yulimar Rojas fue el punto más alto de este año pletórico. La triplista caraqueña se convirtió en la primera atleta femenina venezolana en ganar una medalla dorada en unos Juegos Olímpicos. Pero no conforme con conquistar el oro, lo hizo estableciendo récord mundial y olímpico con su último vuelo de 15,67 metros para superar el añejo registro de 15,50 m en poder de la ucraniana Inessa Kravets desde 1995.
El alto nivel de los pesistas también fue soberbio. A las medallas de plata en Tokyo 2021 obtenidas por Julio Mayora y Keydomar Vallenilla hay que agregar las tres de bronce que este último acaba de sumar en el Campeonato Mundial de Uzbekistán.
Los Juegos Olímpicos de Tokyo resultaron consagratorios para el carismático ciclista caraqueño, Daniel Dhers. El deslumbramiento que produjo su presea dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 no se apagó en Japón, donde repitió su infartante rutina de trucos para añadir la tercera presea de plata y completar la mejor actuación de Venezuela en la historia de los Juegos Olímpicos.
Los atletas paralímpicos no se quedaron atrás y ofrecieron la mejor demostración de Venezuela en la historia de esta competencia. Con la velocista Lisbely Vera a la cabeza, ganando dos preseas de oro en 100 y 200 metros, y una de plata en 400 m, la delegación nacional cosechó un total de siete preseas en Tokyo, producto de tres doradas, dos platas y dos bronces. Nunca antes se había conseguido tantos logros en los deportes adaptados.
El béisbol regresó a la cúspide con el título obtenido por la selección nacional sub-23 en el Campeonato Mundial de Hermosillo, México, con una generación prometedora encabezada por el lanzador Wikelman Ramírez y el jardinero Robert Pérez Jr.
La selección de baloncesto inició un proceso de renovación de la plantilla y comenzó el largo camino al Mundial de 2023 con dos sólidos triunfos ante Panamá, en la primer ventana disputada en Buenos Aires.
En esos dos encuentros emergió la figura del alero fuerte, Garly Sojo, con su potencia para atacar el canasto y lanzar con efectividad desde el perímetro. Sojo se convirtió, además, en el segundo venezolano en competir en la NBA-G League, una vitrina para la NBA. De a poco ha ido ganando la confianza en Capitanes de México, donde ya tuvo un partido de 15 puntos.
El baloncesto nacional sumó otro acierto con la creación de la Superliga Femenina, un torneo para fomentar la equidad en el deporte y permitir que las mujeres tengan la oportunidad de crecer y desarrollarse en esta disciplina, con Deportivo Anzoátegui coronándose ante Caribeñas de Caracas, gracias al aporte ofensivo y la experiencia internacional de Waleska Pérez. La Copa de la Superliga en su edición masculina ha permitido el surgimiento de nuevos equipos y una camada de prospectos que nutrirán la selección nacional.
La Liga Futve se llevó las palmas con su trabajo de difusión de cada uno de los partidos, y la final soñada entre Caracas y Táchira en el estadio Olímpico a casa llena. Pese a que la Vinotinto volvió a decepcionar, la contratación del prestigioso entrenador argentino, José Pékerman, renueva las ilusiones para el nuevo ciclo de competencias. Si 2020 estuvo marcado por la parálisis y el miedo, 2021 ha sido un año de evolución y optimismo para avanzar