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Gráfica: Cortesía
Si de algo ha dado muestra la ultraderecha nacional en los últimos años, es que no le importa aliarse con los sectores más peligrosos y criminales para tratar de derrocar a la Revolución Bolivariana e incluso para atentar contra la vida no solo del Jefe de Estado Nicolás Maduro Moros, sino también de venezolanos y venezolanas inocentes.
En 2019 la patria vio con asombro cómo ese sector promovió una invasión contra el país, usando como excusa el ingreso de una supuesta “ayuda humanitaria”. Para sus acciones criminales, la derecha contó con el apoyo de los regímenes de Colombia, Estados Unidos, y de organizaciones como el autodenominado Grupo de Lima y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés).
El 22 de febrero de ese año la derecha internacional realizó en Cúcuta el concierto “Live Aid Venezuela”. Fue organizado por el magnate británico Richard Branson, un “alto pana” del expresidente estadounidense Barack Obama, el mismo que declaró en 2015 a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad de EEUU, reveló en esa oportunidad el portal de investigación La Tabla, en su twitter.
El concierto supuestamente buscaba recaudar 100 millones de dólares para el envío de una presunta “ayuda humanitaria” a Venezuela. Nunca lograron cumplir con la meta de recaudación y tampoco se supo el destino final de los recursos que conquistaron.
Ese 22 de febrero, el ultraderechista Juan Guaidó, quien tenía prohibición de salida del país luego de su autoproclamación como supuesto presidente interino, llegó a Cúcuta, Colombia, para dirigir la agresión contra Venezuela. El golpista había establecido como fecha para ingresar la supuesta “ayuda humanitaria” al día siguiente.
Venezuela da gracias todo el tiempo por la unidad cívico-militar, pues fue esta fuerza monolítica la que impidió que la soberanía nacional fuese violada.
Ese 23 de febrero de 2019 quedó en evidencia que el verdadero plan de la derecha era generar desestabilización en el país. En los camiones que pretendían ingresar y que fueron quemados ese día por violentos de la oposición, se encontraron materiales para fomentar las guarimbas. Entre los kits que contenía había pitos, cables, guayas, máscaras antigases y clavos, evidenció Telesur en esa oportunidad.
Pero lo más grave de estos planes fue expuesto meses después.
Narcoparamilitares, los amigos del golpista
En septiembre de 2019 salieron a la luz pública fotografías del golpista Guaidó junto a cinco narcoparamilitares pertenecientes a la banda criminal colombiana Los Rastrojos, quienes lo ayudaron a ingresar a territorio neogranadino en febrero de ese año.
Las dos primeras fotografías fueron dadas a conocer por el director ejecutivo de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares. En la primera de ella se veía a Guaidó junto a Jhon Jairo Durán Contreras, alias “Menor”, “Carlitos” o “Costeño”, quien asumió la dirección de la banda paramilitar Los Rastrojos en 2019. En la segunda aparecía junto a Albeiro Lobo Quintero,alias “Brother”, cabecilla financiero de la organización criminal.
En la izquierda con ‘El Brother’. En la derecha con ‘El Menor’. Dos paramilitares de Los Rastrojos. Foto Internet
Luego se conocieron dos fotografías más. En una de ellas se ve a Guaidó junto a Iván Posso Pedrozo, alias “Nandito”, mano derecha del jefe de la organización criminal alias el “Menor”. En otra, junto a Argenis Vaca, alias “Vaquita”, quien ha cometido delitos de homicidio, secuestro, extorsión, narcotráfico y asociación para delinquir”, como denunció en su oportunidad el entonces vicepresidente sectorial para la Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, ante el mundo.
En la quinta fotografía, Guaidó aparece junto a Jhonatan Zambrano, alias “Patrón Pobre”,quien era jefe de las células encargadas de los secuestros en las poblaciones de La Fría y Boca de Grita, del estado Táchira, como informaron en su oportunidad voceros del gobierno nacional.
Iván Posso Pedrozo, quien fue capturado por los cuerpos de seguridad venezolanos previo al 11 de septiembre de 2019, en un operativo realizado en una localidad del sur del Lago, estado Zulia, reveló que en febrero de ese año, en un punto conocido como El Paraíso, ubicado en la frontera con Colombia, Guaidó sostuvo una reunión con líderes de Los Rastrojos.
En un video dado a conocer el 20 de septiembre de 2019 por Jorge Rodríguez en rueda de prensa, “Nandito” narró que en El Paraíso “tuvieron una reunión como de 15 a 20 minutos con alias “Menor”, alias “Brother” y alias “Coqui” o “Gonzalo”, “González”, y el señor Juan Guaidó”.
En su relato, que dura más de 10 minutos, el identificado como jefe de las finanzas de Los Rastrojos en el sector Boca de Grita, dice que logró escuchar que “esas fotos tocaba guardarlas para tenerlas como base para que en un futuro la empresa o la organización Los Rastrojos se pudieran mover libremente por todo el sector de frontera sin ninguna presión militar”, sin ninguna presión de un hipotético gobierno de Guaidó.
Rodríguez, luego del relato de “Nandito”, sintetizó que Los Rastrojos custodiaron a Guaidó desde El Vigía hasta el sector llamado El Paraíso, y al llegar al destino final, el representante de la ultraderecha fue recibido por el entonces alcalde colombiano Henry Manuel Valero, para trasladarlo en un helicóptero del presidente colombiano Iván Duque hasta una cancha donde sería recibido por representantes del gobierno de la nación neogranadina.
“Nandito” explicó en el video que ese grupo criminal fue contactado para realizar el traslado de Guaidó por enviados de la gobernadora opositora del estado Táchira, Laidy Gómez, entre ellas su asistente Loryis Silva, y por el colaborador del parlamentario Roberto Marrero, arrestado el 21 de marzo de 2019 en Venezuela por su presunto nexo con “una célula terrorista” desmantelada y relacionada con el atentado fallido en contra del presidente Nicolás Maduro, perpetrado el 4 de agosto de 2018.
Esta autora tuvo la oportunidad de entrevistar vía WhatsApp para Diario VEA, en octubre de 2019, al director ejecutivo de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, quien denunció que hasta esa fecha alrededor de 16 asesinatos se habían registrado en la frontera entre Colombia y Venezuela, luego que en septiembre de ese año salieran a la luz pública fotografías de Guaidó junto a cinco narcoparamilitares pertenecientes a la banda criminal colombiana Los Rastrojos:
-Usted denunció el 21 de septiembre de 2019, que el acuerdo de Guaidó con narcoparamilitares desencadenó una serie de crímenes atroces en Puerto Santander. ¿Qué está ocurriendo realmente? ¿Están eliminando a los testigos de la reunión?
-Sí. Lo que tenemos entendido es que todo el escándalo nacional e internacional se generó por la publicación de la fotografía y el haber hecho público el acuerdo que tenía ese sector de la oposición con los narcos de Los Rastrojos para operar libremente en esta parte de la frontera con Colombia, en el supuesto caso de la llegada al poder de la oposición, lo que desencadenó acciones por parte de Los Rastrojos para indagar, para averiguar o saber quiénes habían publicado las fotos y por dónde se habían filtrado. Ahí ocurrieron algunos muertos, algunos asesinatos, incluso descuartizamiento de algunas personas. La idea de ellos era romper además algún mecanismo de comunicación que tuvieran Los Rastrojos allí en Puerto Santander, con alias el “Menor” y alias el “Brother”, que son los que están detenidos después de entregarse a las autoridades colombianas. Nosotros hemos podido comprobar que entre los 8 y 10 días siguientes, ocurrieron alrededor de 16 asesinatos en la zona, de los que por lo menos la mitad tuvieron que ver con el tema de las fotografías.
Los Rastrojos es una organización narcoparamilitar de Colombia, que surgió a finales de los años ’80. Con miembros de esta banda fue que se alió con Guaidó para ejecutar acciones contra Venezuela.
A pesar de las fotografías en donde se le ve junto a los criminales, Guaidó y los medios de la derecha trataron de banalizar las pruebas.
El 20 de septiembre de 2019 al golpista no le quedó otra cosa que confirmar la veracidad de las imágenes en donde se le ve con los dos paramilitares (Jhon Jairo Durán Contreras y Albeiro Lobo Quintero), y las justificó asegurando que ese día “nos tomamos fotos con muchísima gente”. En entrevista que concedió ese día a la emisora colombiana Blu Radio, dijo que “ese día fueron muchas fotos, la verdad”. Al ser consultado si recordaba en particular las fotografías que se tomó con los paramilitares, aseguró que “no recuerdo”.
Las alianzas de Guaidó con criminales no llegarían hasta este punto. Su prontuario criminal continuaría creciendo.
Intentos de golpe
Venezuela era testigo de cómo las acciones en su contra no cesaban. Un mes después de su fracasado intentó de invadir Venezuela, exactamente el 30 de abril de 2019, Guaidó junto a su jefe Leopoldo López, lideraron un intento de golpe de Estado desde las afuera de La Carlota, importante arteria vial de la Gran Caracas.
Los dos ultraderechistas intentaron hacer creer que habían tomado la base militar de La Carlota y llamaron a miembros de la FANB a sumarse a su intentona. Su plan fracasó, ni el cuerpo castrense ni el pueblo los respaldó.
López, desde entonces, se refugió en la embajada de España en Venezuela, donde continuaría con sus planes golpistas hasta su fuga del país en octubre de 2020.
Ese intento de golpe mostraría la cara de un traidor de la Revolución Bolivariana, Christopher Figuera, quien para entonces se desempeñaba como jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Este sujeto escapó a Colombia y luego a EEUU.
Luego de estos hechos, en junio de ese año, Jorge Rodríguez anunció que había sido develado un plan que contaba con varias acciones simultáneas: El asesinato del presidente Nicolás Maduro, del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, y de otros; el asalto a dos batallones militares; el bombardeo a la base de La Carlota; el asalto a la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar, y el ingreso a las bóvedas del Banco Central, recordó en diciembre de 2019 la agencia rusa Sputnik.
Un esquema de acciones similares fue desmontado en el mes de agosto de ese año. Esta vez se trataba de atentados a ser realizados con explosivo C4 en diferentes puntos claves de Caracas: En la sede de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), en la parroquia 23 de Enero, y en el Palacio de Justicia. Rodríguez reveló que el plan estaba siendo dirigido desde Colombia, donde funcionaban tres centros de entrenamiento paramilitar dirigidos a planificar esas acciones. Dos de los campamentos —uno de los cuales se encontraba a 2,5 kilómetros de la frontera— eran para la formación en explosivos, y el tercero para entrenamiento militar, agregó la citada fuente.
Falsos positivos y campamentos de mercenarios
En septiembre de 2019, el presidente del régimen de Colombia, Iván Duque, seguiría con sus acciones de construir falsos positivos contra Venezuela. De hecho, a finales de ese mes, el mandatario neogranadino presentó ante el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, cuatro fotografías falsas para agredir a Venezuela.
En sus acusaciones ya trilladas, Duque aseguró que el gobierno de Maduro supuestamente protegía al Ejército de Liberación Nacional (ELN); sin embargo, fotos usadas como “evidencia” de esa acusación fueron tomadas en la propia Colombia.
Mientras Duque arremetía contra Venezuela presentando noticias falsas, el 27 de septiembre de 2019, en el marco de la 74ª reunión de la Asamblea General de la ONU, la vicepresidenta de Venezuela,Delcy Rodríguez, presentó pruebas de las actividades que se realizaban en campamentos para entrenar a mercenarios, con el fin de emprender una acción que atentara contra la paz y la estabilidad de la tierra venezolana, específicamente precisó las coordenadas de tres lugares ubicados en Santa Marta, Riohacha y Maicao, Colombia, reseñó ese día Telesur en su web.
Desde estos campamentos saldrían más agresiones contra Venezuela.
De hecho, el 25 de marzo de 2020, Jorge Rodríguez revelaría que en una casa ubicada en la carretera 7H, con calle 34, N° 22, en Riohacha, funcionaba uno de los tres campamentos de entrenamiento de terroristas en ese municipio colombiano, para generar acciones de violencia extrema en Venezuela, entre las que se incluían atentados contra la integridad física del mandatario nacional, sicariato político, ataques a unidades militares, al Palacio de Miraflores, y atentado contra el entonces presidente de la ANC, Diosdado Cabello, informó en esa oportunidad VTV en su web.
Este centro de entrenamiento era liderado por Robert Colina Ybarra, alias “Pantera”, quien se desempeñó como jefe de seguridad del exministro Andrés Izarra, denunció Rodríguez ese día. Agregó en esa oportunidad: “Hemos develado que en estos tres campamentos de entrenamiento tienen entrenadores norteamericanos, pertenecientes a una empresa privada de terrorismo y paramilitares”, plasmó VTV.
Rodríguez también dio a conocer en esa oportunidad que el campamento número 1 estaba encabezado por Juvenal Sequea Torres; el grupo número 2 estaba a cargo de Félix Mata Sanguineti, alias “José”. Dijo que la acción fue frustrada luego de que la Policía de Tránsito de Colombia incautara en una camioneta un enorme arsenal de guerra en La Ciénaga, Barranquilla, el 23 de marzo de 2020.
El conductor de la camioneta, Jorge Molinares Duque, quien fue capturado, confesó que las armas serían entregadas al prófugo de la justicia venezolana Clíver Alcalá Cordones, quien era el responsable de coordinar los tres grupos de asalto que ejecutarían el plan. Este último sujeto fue uno de los líderes del intento de incursión mercenaria que tendría lugar el 3 de mayo de 2020 como parte de los planes de las acciones criminales ejecutadas por Guaidó en componenda con los regímenes de EEUU y Colombia.
Aquel 25 de marzo de 2020, Rodríguez afirmó que el presidente de Colombia, “Iván Duque, fue convocado a Estados Unidos para explicarle a Trump el plan de asesinatos selectivos que tenía para Venezuela”, en referencia a la reunión que sostuvo el neogranadino con el magnate el 2 de marzo de ese año, refirió en ese momento https://eldiariovea.home.blog/.
Apenas un mes después, se conocería el destino de esas armas y los planes concretos de estos sujetos contra Venezuela.
Incursión y contrato con mercenarios
La madrugada del domingo 3 de mayo de 2020, Venezuela y el mundo fueron testigos de un hecho aberrante. Mercenarios y terroristas entrenados en los campamentos colombianos y exsoldados estadounidenses intentaron realizar una incursión vía marítima por las costas de La Guaira. El plan formaba parte de las acciones de Guaidó y la ultraderecha nacional, y los regímenes de Colombia y EEUU contra el país.
La acción criminal, conocida como Operación Gedeón, fue frustrada por la inteligencia popular y los cuerpos de seguridad de Venezuela.
Tras la fallida incursión, ese mismo 3 de mayo la periodista de ultraderecha, Patricia Poleo, publicó un documento que evidencia tal y como reveló el 25 de marzo de 2020 Clíver Alcalá Cordones, la existencia del contrato donde se observa la firma de Guaidó, y de los también dirigentes de la derecha Juan José Rendón, Sergio Vergara y del exsoldado estadounidense y dueño de la empresa mercenaria Silvercorp, Jordan Goudreau, para ejecutar una operación militar en Venezuela.
El costo de cumplir esta misión sería de 212 millones 900 mil dólares, revelaría días después Jorge Rodríguez. Tras la fallida incursión, el prófugo Juan José Rendón, entonces responsable del Comité de Estrategia de Guaidó, admitió que firmó un contrato y pagó 50.000 dólares a la contratista Silvercorp USA, una agencia de mercenarios que organizó y llevó a cabo el intento de invasión en costa venezolana. La revelación la hizo a CNN, citó en esa oportunidad Russia Today.
La existencia de este contrato fue difundida incluso por el diario estadounidense The Washington Post, medio que en nada favorece en su manejo informativo a la Revolución Bolivariana.
Asesinar a chavistas y civiles, en general, así como la conformación de “un grupo táctico” que podría declarar y neutralizar “a ciertas fuerzas militares del anterior régimen, fuerzas de seguridad navales, aéreas, terrestres, convencionales y no convencionales”, contemplaba el contrato suscrito por Guaidó. Así lo dio a conocer el viernes 8 de mayo de 2020, el entonces vicepresidente sectorial Jorge Rodríguez.
En el contrato que contemplaba la eliminación de la Constitución y la pérdida de jurisdicción del país, también estaba estipulado que las fuerzas de Silvercorp se quedarían como fuerzas de ocupación, mandando sobre la FANB y la Policía Nacional del país. Es decir, el mercenario gringo y su equipo se convertirían en una fuerza supranacional, denunció aquella vez Rodríguez.
Las confesiones
Ese mismo 3 de mayo de 2020, Goudreau se atribuyó la frustrada incursión mercenaria y 24 horas después el golpista Guaidó a través de un comunicado exigía “el respeto de los derechos humanos y garantías fundamentales” de los terroristas.
Agentes de la Administración para el Control de Drogasde la Agencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y exsoldados gringos, figuraron entre los capturados durante la fallida incursión.
Uno de ellos fue Alberto Socorro Fernández, alias “Pepero”, agente de la DEA, quien confesó que tras desembarcar en La Guaira, el objetivo de los mercenarios era atacar el Palacio de Miraflores, la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Sebin. Su delación fue presentada en un video difundido el 5 de mayo por Jorge Rodríguez.
“Pepero” también reveló que le iban a pagar 2 millones de dólares, que provenían del presunto narcotraficante Elkin Javier López Torres, alias “Doble Rueda”.
Luke Alexander Denman y Airan Seth Berry, fueron los dos soldados estadounidense que entrenaron a los mercenarios en Colombia y que fueron capturados tras la fallida incursión.
Denman develó tras la captura, que tomar el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar ubicado en Maiquetía, estado La Guaira, para secuestrar a Maduro y llevarlo a EEUU, era uno de los objetivos. Su testimonio fue presentado el 5 de mayo de 2020 por Jorge Rodríguez.
También confesó que conocía el contrato entre el golpista y el mercenario gringo. “Lo vi hace un mes o mes y medio, tenía la firma de Jordan y la de Juan Guaidó”.
Por su parte Berry, quien ha sido miembro de las fuerzas gringas en operaciones contra Irak en 2003, 2005 y 2007, confesó que “lograr objetivos específicos y asesinar a Maduro”, era uno de los objetivos. Su testimonio fue presentado el 7 de mayo de ese año por Jorge Rodríguez.
En estas acciones criminales también estuvo involucrado el prófugo de la justicia y el comisionado especial de seguridad e inteligencia del gobierno inexistente de Guaidó, Iván Simonovis.
Para el 8 de mayo de 2020 ya habían sido imputadas 31 personas por estar inmersas en la fallida incursión militar. En la lista figuraron los nombres de los hermanos Sequea Torres, Juven, Juvenal y Antonio; Víctor Alejandro Pimienta Salazar, desertor de la GNB y jefe logístico que mantenía contacto con el narcotráfico en la Guajira colombiana; así como Josnard Adolfo Baduel Oyoque, hijo de Raúl Baduel, quien ha participado en diferentes acciones conspirativas.
El 12 de mayo de ese año se conocieron las declaraciones de Antonio Sequea, quien narró en cuatro videos presentados por Jorge Rodríguez, que Jordan Goudreau “me informa que estaba en reunión con Juan Guaidó en la Casa Blanca, y que lo había reafirmado nuevamente asesor militar para la salida del régimen en Venezuela”.
Sequea también describió que la hacienda del presunto narcotraficante colombiano Elkin Javier Torres López, alias la “Silla” o “Doble Rueda”,se encuentra a un kilómetro de una base de la Administración para el Control de Drogas, DEA. En el cuarto video, Sequea narró que se trasladaron de Riohacha hasta la Alta Guajira, donde convivieron con el narcotraficante colombiano “Doble Rueda”.
Goudreau demandó el viernes 30 de octubre de 2020 en el tribunal de Circuito Miami-Dade de EEUU, a sus socios en el acto terrorista, por incumplimiento de contrato, reveló en esa oportunidad el embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, a través de su Twitter.
Venezuela siente vergüenza que en su tierra hayan nacido seres como Guaidó, Leopoldo López y otras figuras de la derecha, capaces de aliarse con narcoparamilitares y terroristas para agredir a la nación que los vio nacer y al pueblo venezolano.