Tras más de un siglo de devoción, el próximo 19 de octubre la feligresía vivirá con júbilo la canonización del Dr. José Gregorio Hernández, un laico que por sus múltiples virtudes será elevado a los altares, llenando de orgullo y alegría al pueblo venezolano.
Distinguido por su humildad, José Gregorio Hernández enaltece el gentilicio trujillano, pues su camino a la santidad siempre estuvo colmado de nobleza, caridad y servicio a los más necesitados, proyectando a escala mundial los valores que identifican a la población de esta entidad.
Trujillo es bendecido al ser la cuna del Médico de los Pobres, quien con su entrega, vocación y sapiencia honra al estado, la Tierra de Santos y Sabios.
A juicio del Dr. Luis Javier Hernández, destacado profesor, fundador y coordinador de la Cátedra Libre e Itinerante del Dr. José Gregorio Hernández, en este momento «los ojos del mundo están puestos sobre Trujillo» en medio de la canonización que, entre otras cosas, influirá en el turismo religioso de la entidad.
Símbolo de orgullo regional
El profesor, quien además es autor del libro «José Gregorio Hernández Caballero de la fe», precisó que el Médico de los Pobres «no solo forma parte de la identidad trujillana, sino que es uno de sus pilares fundamentales de la universalidad católica (…) el servicio desinteresado, la fe profunda, el amor por el conocimiento, deberían ser vistas como un reflejo de la esencia moral y religiosa de la región trujillana».
Agregó que «para el trujillano, José Gregorio Hernández es la mayor expresión de la contribución de su tierra al ámbito nacional e internacional, especialmente ahora con su elevación en la Iglesia Católica».
Venerado trujillano
El Santo Trujillano es venerado con justa razón, su vida es una cátedra de bondad, por ello sus paisanos mantienen su fervor y continúan elevando oraciones por su intercesión.
Hernández personifica la unión de la ciencia y la fe, lo que sella el espíritu católico que caracteriza a los trujillanos. Recientemente, en uno de sus discursos, el papa León XIV recordó que la vida del doctor es un ejemplo para el mundo, «supo compaginar su alta competencia médica con su dedicación a los más necesitados, lo que le valió el título del Médico de los Pobres».
Con sus milagros sigue cambiando vidas y llenando de esperanza los corazones de sus devotos, que acuden con frecuencia a Isnotú, la fuente inagotable de veneración al Dr. José Gregorio Hernández, donde miles de placas están adheridas al Santuario Niño Jesús en agradecimiento a sus favores concedidos, rindiendo homenaje en el epicentro espiritual de la entidad andina.
Es importante rememorar las palabras del ilustre trujillano: «la santa caridad llena el alma de los más excelsos sentimientos y genera acciones grandiosas que inmortalizan al hombre», siendo éstas parte del legado del Dr. José Gregorio Hernández, que enriquece la tierra trujillana, su cultura, religiosidad e identidad.