La Unión Europea (UE) presentó este miércoles un plan de preparación para enfrentar guerras, desastres naturales y pandemias. La estrategia, impulsada por la Comisión Europea, busca que los Estados miembros refuercen su capacidad militar y la cooperación civil en caso de conflictos, en un contexto donde la narrativa bélica ha sido impulsada desde Bruselas.
Uno de los puntos más polémicos del plan es la recomendación de que cada hogar europeo almacene agua, alimentos, medicamentos y baterías para al menos 72 horas sin asistencia externa. Además, el documento destaca que las fuerzas armadas necesitarán el apoyo de la población civil para garantizar el funcionamiento de los Estados en caso de un ataque.
Este plan coincide con el desembolso de más de 800 mil millones de euros en gastos de defensa, promovido por la UE en un intento de acelerar la militarización del bloque.
¿Un discurso alarmista para aumentar el gasto militar?
Bruselas justifica este plan y asegura que «si Europa desea evitar un conflicto, debe estar preparada para la guerra», advirtió incluso sobre «una posibilidad real» de agresión en el continente por parte de Rusia. Sin embargo, diversos analistas han alertado que este discurso solo busca atemorizar a la población para justificar un gasto militar sin precedentes, mientras se desatienden las necesidades sociales.
En este contexto, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, comparece en el Congreso para explicar el aumento del gasto en defensa. Aunque aseguró que «no se financiará a costa del Estado de bienestar», la ciudadanía y la oposición han manifestado su preocupación por posibles recortes en programas sociales debido a la creciente inversión militar.