Las intensas lluvias que han azotado Bolivia en las últimas semanas han dejado un saldo devastador de más de 282 mil familias afectadas y 44 personas fallecidas. La situación ha llevado a declarar emergencia en varios departamentos.
En los próximos días, equipos de Defensa Civil realizarán sobrevuelos sobre los ríos Piraí, Tapacarí, Ichilo y Grande, en el departamento de Santa Cruz, para evaluar la crecida del caudal y definir medidas de prevención.
La situación es particularmente crítica en departamentos como Chuquisaca y La Paz, que se han declarado en emergencia, mientras que Beni está en proceso de declaratoria. El impacto de estos desastres naturales ha sido significativo, con un total de 66 municipios declarados en desastre y 11 en emergencia municipal.
El Gobierno nacional respondió rápidamente a la emergencia, al asistir a ocho mil 597 familias en 25 municipios con ayuda humanitaria que supera los Bs 2.8 millones. Esta asistencia ha sido crucial para aliviar las necesidades inmediatas de las familias afectadas. Además, se han movilizado importantes recursos para la rehabilitación de infraestructura y la atención de emergencias en departamentos como La Paz, el Chaco, Cochabamba, Chuquisaca y Santa Cruz.
La situación humana es preocupante, con 44 personas fallecidas y 10 desaparecidas, debido a las inundaciones y deslizamientos de tierra. Además, se han reportado 473 viviendas completamente destruidas, lo que agrega una dimensión de emergencia habitacional a la crisis. Un total de tres mil 280 comunidades han sido afectadas, lo que subraya la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva para abordar esta crisis.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas desempeñó un papel crucial en la respuesta a la emergencia, al movilizar a tres mil 581 militares de 76 unidades y ejecutando 61 operativos, de los cuales 24 fueron aéreos. Además, se han invertido casi cuatro millones en cuatro mil 900 horas, así como máquinas para atender las zonas afectadas. Estos esfuerzos han sido fundamentales para garantizar la seguridad y el acceso a las áreas más remotas.
La situación en Bolivia requiere una coordinación efectiva entre los diferentes niveles de Gobierno y la sociedad civil para mitigar los efectos de las lluvias y asegurar la recuperación de las zonas afectadas.