Tisera documentó la esencia nacional

¿Qué busca Miguelángel Tisera (1958) en las entrañas de esta, nuestra tierra de gracia? Responde sin dudarlo: la poesía.

El director nacido en pleno corazón de Buenos Aires, en el bohemio barrio de San Telmo, fue tejiendo una historia prácticamente inaudita que, además, estuvo siempre signada por la casualidad. Un arqueo se tropezó con otro, y este lo conectó a otro y así hasta que en diez años logró finalmente armar Vestigios de conocimientos ancestrales, documental que se estrena en las salas comerciales del país el próximo jueves 10 de octubre.

Mientras hacía los exteriores de una producción audiovisual, se topó con un grupo de arqueólogos con los que ya había trabajado 30 años antes, quienes en ese justo momento estaban haciendo el hallazgo de restos humanos y cerámicas en el cayo Crasquí, Los Roques, al parecer de un origen ancestral, probablemente milenario.

“Es como la posibilidad de ganarse la lotería: que tú llegues y, en ese justo momento, estén extrayendo restos y lo puedas documentar al mismo tiempo”.

Se dice en un boletín de prensa que “para el realizador audiovisual, las historias que recabó inspiraron este relato, que es un encuentro y un diálogo entre pobladores originarios de la selva amazónica y científicos que elaboran sorprendentes teorías en el archipiélago de Los Roques acerca del origen de los habitantes de nuestra América: “y, arriesgándome un poco desde mi punto de vista poético, quizás de la humanidad”.

El documental se grabó desde el Alto Orinoco hasta el cerro Autana y se hicieron entrevistas en Puerto Ayacucho. También se visitó el archipiélago de Los Roques, específicamente en Crasquí, Dos Mosquises y el Gran Roque; además de la Unidad de

Estudios Arqueológicos de la Universidad Simón Bolívar.

Entre otros testimonios, aparecen los aportes del antropólogo Aimé Tillett, los doctores en arqueología Andrzej Antczak y María Magdalena Antczak, el desaparecido Mario Sanoja e Iraida Vargas.

También aparecen relatos de los representantes indígenas José Gregorio Mirabal y Wisiyuma Danielito Hernández de los yekuana; Otilio Santos de la etnia wotija; Luis Chatiba de los yanomami; Guillermo Arana, vocero de la comunidad del Autana; la periodista wayú Gloria Jusayu y la poeta kariña, Morella Maneiro.

La elaboración del documental estuvo envuelta de un aura mística. La mirada aguzada de su director y guionista, y la capacidad de asombrarse frente a señales que parecían estar hiladas por los prodigios, permitieron el resto.

“En el marco de un trabajo para Hispan TV me pongo en contacto con los wotija para conocer los territorios que están reclamando, entonces vamos a pedirle permiso al chamán y ellos me llevan a los lugares sagrados frente al Autana y ahí aparecen algunos petroglifos que me recuerdan inmediatamente las figurinas de Los Roques. Ahí veo la película que estoy viviendo, de hecho el documental está narrado en primera persona, primero porque la protagonicé de una forma asombrosa, y segundo, iba sucediendo en la medida en que iba haciendo diversos trabajos fortuitos”.

La película, de 71 minutos de duración, cuenta con la producción de Donald Myerston, Viveca Baiz, Ana Cecilia Ramírez y el propio director, además del aporte financiero del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía. Está prevista su participación en el próximo Festival de Cine Cumbe San Agustín y otras citas festivaleras.

 

 

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