Entrar al Panteón Nacional es una experiencia única. Se siente la solemnidad y al ver cada monumento, lápida o estructura, vienen a la memoria los hechos históricos que envuelven a cada personaje.
Trujillo es conocido por sus campos fértiles, bellezas naturales y por los personajes que han sumado a la independencia de la Patria, al arte, ciencia e incluso a la espiritualidad y religiosidad.
Con la reciente entrada triunfal del Dr. Cristóbal Mendoza al Panteón Nacional por sus valores republicanos, patriotismo y lealtad, se rememoran los demás trujillanos que han ingresado a este templo de grandes.
El primero en entrar fue Domingo Briceño y Briceño, en 1876, 16 años después de su muerte y un año después de la inauguración del Panteón. Nació en Mendoza, Valera, y fue abogado, periodista y escritor, además, participante activo en la gesta emancipadora y hermano de Antonio Nicolás Briceño.
Posteriormente, en 1876, llegó el Dr. Juan de Dios Monzón Carrillo, médico y político que ocupó importantes responsabilidades en el gobierno de Antonio Guzmán Blanco. Su cuerpo fue llevado al Panteón Nacional un día después de su fallecimiento.
Luego se honró al GJ José de la Cruz Carrillo, en 1971, oficial trujillano del ejército venezolano en la guerra de independencia. Se puso a las órdenes de Simón Bolívar en la Campaña Admirable y sumó además para la liberación de las provincias de Mérida y Trujillo.
Posteriormente, en 1977, ingresó Rafael Rangel, el sabio de Betijoque, un científico e investigador que estudió las enfermedades tropicales. Se le llama el Padre de la Parasitología en Venezuela.
En el año 1991 ingresó Don Mario Briceño Iragorry, el ensayista y escritor trujillano que amó su terruño. Tanto que sus restos están en el Panteón Nacional menos su corazón, que por decisión de él en vida, está enterrado en la Catedral de Trujillo.
También en la década de los 90, en 1998, entró Juan Bautista Carrillo Guerra, empresario, educador y filántropo, que introdujo la primera imprenta a Trujillo. Gracias a las ganancias de su negocio, contribuyó al desarrollo de su región. Además logró ser senador.
Fue reconocido Mons. Jesús Manuel Jáuregui Moreno, nacido en Niquitao, Boconó. Fue un sacerdote que con entrega contribuyó al desarrollo de Los Andes. Sus restos mortales reposan en la Iglesia Santa Lucía de Mucuchíes y en el Panteón se le rindieron honores en 1998.
Más recientemente, en el 2017, los restos del boconés Fabricio Ojeda fueron llevados al Panteón. Fue un periodista, político y comandante guerrillero que demostró su valentía al luchar contra el puntofijismo. Renunció a su curul en el congreso para su batalla leal y patriótica.
Este 23 de junio, en un acto que se denominó como lleno de “justicia con la historia y con los trujillanos” ingresaron los restos simbólicos del primer presidente de Venezuela, el Dr. Cristóbal Mendoza. El Presidente Nicolás Maduro reconoció que era una deuda y ha sido saldada.
El gobernador Gerardo Márquez y los historiadores que acompañaron esta lucha coinciden que aún falta un trujillano por ser honrado y llevado a este lugar de historia: el Cnel. Antonio Nicolás Briceño, también guerrero de la independencia y ejemplo de heroicidad.