Con el 99,33% de mesas escrutadas, la opción ‘en contra’ se impone con un 55,76% frente al 44,24% del ‘a favor’ en la votación chilena sobre una nueva constitución, en el segundo plebiscito que se realiza en apenas 15 meses, con la intención de sustituir la Carta Magna que todavía rige en el país y que es herencia de la dictadura de Augusto Pinochet
Es un proceso en espejo, ya que en septiembre del año pasado, se sometió a consulta un proyecto redactado por una Convención Constitucional que tenía una mayoría de integrantes progresistas o de izquierda, y que fue rechazado por la derecha y ultraderecha. Al final, un contundente 61,8 % de la población votó en contra de la propuesta en esa ocasión, lo que representó una derrota política para el presidente Gabriel Boric, quien sólo llevaba seis meses en el gobierno de Chile.
Ahora, en cambio, el borrador fue elaborado por un Consejo Constitucional que tiene una mayoría de militantes de la derecha y ultraderecha, y que es criticado por los colectivos de izquierda o progresistas, entre los que se encuentra el oficialismo.
El común denominador entre ambos procesos es que no hubo consensos, ni puntos medios, ni equilibrios, ni acuerdos.
Este domingo, a diferencia del año pasado, si hubiera ganado el voto a favor, Boric se vería obligado a promulgar una Constitución con la que no está de acuerdo. Pero ante el triunfo del voto “en contra”, ya no habrá un tercer proceso y seguirá vigente la actual carta magna de la dictadura pinochetista.