Ya han transcurrido 205 años desde que el Libertador Simón Bolívar escribiera la Carta de Jamaica, uno de sus textos fundamentales, en el que destaca la necesidad imperiosa de la integración de los países americanos (la unión de América) frente al imperio español; planteamiento que sigue siendo un faro para el proyecto político bolivariano.
“La carta profética”, como también es denominada, expone la verdad de los países del continente, además denuncia la barbarie y la vileza del imperio español contra Venezuela y la Gran Colombia, y las razones por las que se debe recurrir a la unidad regional como primer recurso de defensa ante la opresión imperial.
Cuando Bolívar escribe estas líneas no centra sus fuerzas y metas en liberar de los españoles solo al país que lo vio nacer, sino a todas las naciones latinoamericanas, en una auténtica visión de unidad.
La Contestación de un Americano Meridional a un caballero de esta isla (nombre completo de la Carta de Jamaica) es la respuesta de Bolívar a un caballero inglés llamado Henry Cullen, interesado en conocer la situación de las colonias españolas y sus movimientos independentistas; pero, más allá de saciar la curiosidad del comerciante jamaiquino, busca conseguir el apoyo de Inglaterra, potencia que había adoptado ideas liberales y que, además, competía directamente con España por aumentar su poder.
Bolívar, en sus líneas, contextualiza las luchas por la independencia entre 1810 y 1815; llama a las naciones europeas y a Norteamérica a ayudar a las naciones de América bajo el dominio de España, a consolidar la independencia y plasma su visión de unión nuestramericana y expone un análisis de cuál será el destino de cada excolonia española.
“El documento es la más fiel expresión de un líder mucho más maduro, que realiza un análisis demográfico, social y político tanto de Venezuela como de importantes regiones de América, reflejando las contradicciones y los obstáculos que se prensan en la lucha por la independencia”, refiere un artículo publicado por la revista Memorias de Venezuela.
Su vigencia se fundamenta en el equilibrio de poderes o pluripolaridad, la necesidad de la unión para lograr la independencia y la identidad cultural del continente, tres aspectos a los que apuesta la Revolución Bolivariana que hoy es víctima de las arremetidas del imperio de Estados Unidos.
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